LA NARRATIVA PUNEÑA DE NUESTROS DÍAS
Escribe: Boris Espezúa Salmón | LOS ANDES 29JUN14
Hace treinta años la narrativa en Puno, apenas pergeñaba nombres como los de Luis Gallegos, Jorge Florez y Feliciano Padilla quienes aparecían con sus primeras entregas en cuentos, publicados en revistas como “Titikaka” y “Cultura y Pueblo”, pero este panorama casi sombrío ha venido cambiando en los últimos años. Ahora aparecen nombres como Elard Serruto, Carlos Cornejo-Rosselló, Zelideth Chávez, Cristhian Reynoso, Bladimiro Centeno, Adrían Cáceres, Javier Nuñez, Raúl Huayna, Waldo Vera y también aparecen muchos poetas que incursionan en el género narrativo, esperando descollar en él, es el caso de Omar Aramayo, Sonia Molina, Jovín Valdez, Liliana Quinto, Julia Chávez, Lourdes Pacoricona, Walter Bedregal, Luis Pacho, Darwin Bedoya, que constituyen una importante presencia de quienes vienen trabajando en este género. Como sabemos las publicaciones que se hace al respecto, no se hacen esperar y en más de una ocasión en Puno se han presentado libros de narrativa de otros narradores del Perú, como son de Oswaldo Reynoso, Cromwell Jara, Oscar Colchado, Mario Guevara, Felipe Buendía. Este fenómeno en literatura es positivo, máxime si a la par vienen saliendo antologías y muestras de narrativa como las de Feliciano Padilla, Jorge Florez, Los dos tomos de los Munilibros 4 y 5, muchas reediciones y ediciones nuevas que forman parte de La Biblioteca Puneña de la Universidad Nacional del Altiplano y recientemente La Antología III de Narrativa del Centro de Escritoras de Puno.
Sin embargo, de modo general y perceptivo, de un observador provisional en estas lides, me referiré a dos aspectos puntuales que creo caracterizan a nuestra narrativa puneña: El temario y el uso de la palabra en narrativa. En lo primero podríamos centrar hasta tres sub- temas recurrentes: Lo social-histórico; Padilla, Florez Aybar, Gallegos, Chávez, Valdez, Reynoso, Molina y Vera. Lo amoroso-erótico; Centeno, Gallegos, Bedregal, Núñez, Bedoya, Molina, Reynoso, Quinto y lo fantástico-experimental; Serruto, Huayna, Cornejo-Roselló, Bedoya y Aramayo.
Feliciano Padilla |
Como se puede observar, muchos pueden abarcar dos subtemas, todavía no hay el caso de quienes abarquen tres de los mencionados, puesto que en este último rubro, tal vez sea con lo experimental, donde esté el mayor perfil del narrador de polendas que debe dar Puno, aquel que pueda ser total e iluminar como Churata, y que en su producción a su vez pueda engarzar los otros temarios. Sobre el uso de la palabra en narrativa hay que señalar que existen ciertos desniveles, ya sea en el dominio de técnicas, planteamientos del texto, estructura y soltura del lenguaje (parte experimental), como el cincelar la palabra ocasionando la exquisitez sobria y estética del texto.
Ello significa que hay que castigar lo meramente descriptivo, lo tedioso en reiterancias, en lugares comunes, en lo simplemente relatado. No olvidemos a Cortázar que nos recordaba que la buena literatura en definitiva es el dominio de las palabras en su más alta expresión de belleza y propuesta. Por ello escribir con calidad implica ser un mago en la construcción del lenguaje y en su multiplicidad de sentidos. En esa pretensión estética, pasa a un segundo plano el temario, así como las posturas ideológicas, a no ser que sean inteligentemente sostenidas y argumentadas dentro de la trama narrativa. En estos ejes consideramos que ya se vienen sumando algunos de trayectoria y que también en los próximos años se sumarán con seguridad otras voces que engrosen el caudal narrativo de la Región de Puno, que si bien es cierto no ha destacado nítidamente a nivel nacional como en el caso de la Poesía, con Premios internacionales o Nacionales, y que se ha situado como imprescindible en la Poesía Nacional, el trabajo narrativo en Puno, está fraguando, se encuentra en su despegue, para alzar vuelo en cualquier momento.
El caso de la Antología III en Narrativa, es elocuente porque la mayoría de las que escriben, también escriben poesía, lo que nos lleva a preguntarnos ¿El ejercicio poético, también ayuda al ejercicio narrativo? o ¿ al revés? ¿Está mejor dotado quien al escribir poesía escribe narrativa? Yo creo, que poesía y narrativa se complementan, se retroalimentan, y mejor aún en tiempos donde ya no existe encasillamientos, ni muros infranqueables entre disciplinas, a pesar de que son diferentes planteamientos, puesto que en narrativa como en poesía, hay diversos modos de estructuración, hay que conocer el panorama del acontecer actual y admirar a los escritores que llegando a elevados pedestales, nos enseñan a escribir mejor en ambos ámbitos.
Llegar a conciliar narrativa y poesía, es un esfuerzo casi genial, porque es como el silbo de un caracol que suena en diferentes tiempos y en diferentes aguas y dijera a su modo divinidades, en estos dos géneros. Para Octavio Paz y el propio Vargas Llosa la poesía es excelsa, es superior a la narrativa, a la cual pocos llegan a exaltarla, sin embargo allí está el caso de Jorge Luis Borges que lo logró.
En concreto se trata de que el “estar dotado”, depende mucho de educar el talento, de un buen caudal de lecturas, de un ejercicio de escrituración permanente y de la innovación que podamos poner a la nuestra producción literaria. Las narradoras que están reunidas en esta entrega dieron los primeros pasos, le toman el pulso al acontecer puneño y a su pasado, pero, con mayor abocamiento escritural y horizontes más claros de lo que se pretende despuntar en el trabajo literario, se ampliaría, la necesidad de trascender con mejor rigor lingüístico, capacidad de asombro y solidez textual.
Los guiños de estas intenciones que pueden elevarse, se muestran también en narradores como Ciro Goyzueta, “Estaciones de Viento”, Sonia Molina “Inquietante sobremesa”, ambos textos editados por la UNA-Puno, revelan el escenario y las vivencias puneñas distanciadas de lo experimental y de la modernidad capitalista, teniendo el ímpetu de reflexionar sobre nuestra identidad, con la animación de personajes, situaciones intrigantes, donde a esa construcción lineal, pareciera que le faltara explotar, para romper la camisa de fuerza que hace contener a nuestra narrativa, y pueda trastocar, transmitir, innovados logros, donde el lenguaje y la imaginación sean determinantes. Puno, tendrá que dar a un (o una) narrador descollante, todos así lo esperamos, todos así confiamos en los que vienen trabajando en ello, por lo que nuestros narradores están convocados y tocados por este desafío. No olvidemos que la literatura puede ayudar a comprender mejor la realidad, pero no reflejándola miméticamente, no siendo un auxilio de la historia o de las ciencias sociales, ni esperando su anuencia, sino rebelándose contra lo que la realidad sanciona como definitivo.
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