TÉ “PITEADO”
Jesús Santisteban Ávila
-“(…) y su Alma en el Cielo esté
del que inventó
la caña con té.-“ (1)
Admirable. Cómo una expresión puede incluir tanta comodidad y satisfacción. Entregamos esta nota evocando al té “piteado”, denominación popular peruana que en sus inicios significaba una posibilidad en el trance de atenuar dolores e incomodidades, primero, de las regiones del hígado y los riñones y, luego, de aquello tipificado como “lavado de sangre”. Familiarizado con yerbas aromáticas pertenecientes a la farmacopea regional, el té “piteado” perfilaba un sistema delicioso de bebida preparada en calentadora de amplia base, a todo vapor, indiscutiblemente ocupando la puerta de acceso del establecimiento. Pito y piteado en un solo funcionamiento pasando la voz a sus clientes tempraneros.
Invitamos a nuestras amigas –solteras y casadas- asomarse a la vitalidad de la tradición, hace tiempo ofreciéndonos porciones generosas de té, canela, clavo de olor y cáscara de naranja, acompañados de una “piedra” –pisco, anisado-. Y recordar que el “quemado” de licor de caña –Ch’ajt’a- procedente de los valles interandinos del país, representa variedad y alternativa.
En sus múltiples y variadas posibilidades el té “piteado” encontró compañía con el desayuno mañanero. Obreros y campesinos; viajeros y transeúntes “por aquellos caminos de a pie” (2); amigos en busca de “curar el cuerpo”. Todos, recalaban al despuntar el alba. Caldo de cabeza o guiso a disposición y su jarro de té para conversar, festejar, cuestionar. Opiniones a lo largo de la mesa-comedor adornada sólo con hojitas de papel servilleta, azúcar rubia en un vaso, “uchu q’uta” y limón.
La inventiva de nuestras abuelitas con el pretexto del frío invernal esmeraba su presupuesto para compartir variedad de ponches. De guinda y de coco como aquellos de los alferados para sus invitados en noches de festividad. Muchos otros, diferentes sólo por el tamaño del envase continente: k’oñis con limón, con trago; ponches calientes. Invitación a conversar y estimular la amistad. Las caspiroletas llegaron de las manos benditas de nuestras engreídas, intentando –con ellas- reemplazar las frotaciones de Vick VapoRub cuando los síntomas gripales amenazaban la tranquilidad de los pequeños.
Amiga, el mensaje del Mate de la cultura uruguaya-argentina, ofreciendo idéntico nivel de satisfacción que el Api Nacional de Bolivia –originalmente denominado P’osq’o Api- merecen su incorporación a una fotografía que englobe tanta variedad y alegría. En resumen, todo un calendario de invierno para engreír al abuelo y sus compadres, en casa, en ocasión de festear el cumpleaños de Mamá.
Notas
(1) Suplemento Literario de Buenos Aires, Argentina.
(2) Cultura poética del Norte Argentino: Atahualpa Yupanqui.
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