La política regional y sus miserias
Walter Paz Quispe Santos | LOS ANDES 21AGO14
Hay una crisis de legitimidad del Estado regional contemporáneo. Qué duda cabe. Las elecciones regionales y municipales así lo demostrarán en su práctica ideológica y política hasta sus formas socioculturales de manifestación. Esa crisis se expresa sobre todo en sus alternativas políticas y las formas de expresión de las campañas electorales donde la propaganda y la publicidad presentan rasgos que más tienen que ver con las prebendas y contubernios, regalías y demás formas de ejercicio político.
En Puno y el país es difícil hablar de un pensamiento moderno fuerte, neoliberal o conservador, pensamiento post moderno o débil, de izquierda o derecha, eso en los procesos políticos regionales no importan como parte de las identidades partidarias. Lo que más asegura ganancias políticas, es decir los votos, no son las ideas; sino, las regalías y demás maneras de cálculo político.
Cuando uno revisa las ideas políticas de este tiempo, predominantemente escucha o lee en la ciencia política como desafíos contemporáneos donde el desarrollo humano se presenta como un proceso abierto, dinámico y conflictivo como parte de la cultura, y para entender esto nos mandan a leer a Ralf Dahendorf. Luego, el otro argumento que se esgrime es la libertad individual que opera como el motor de la sociedad, donde los valores propios de una sociedad plural y abierta quedan delimitadas en el marco de las voluntades axiológicas individuales, ya que se niegan los valores sociales históricos que determinen el destino del desarrollo humano. Karl Pooper y Rawls se explayan con una ética individual en defensa de una democracia liberal. Esto como he dicho es teoría. La práctica sólo es “chaquepa” y más “chaquepa” hasta conquistar el poder.
Lo otro crítico es la contraparte conservadora que señala que existen ciertas leyes naturales que permiten la convivencia humana como las libertades individuales y libertad de contratación. Estas libertades tienen al mercado como espacio de protección en la medida que en el mercado se produce un orden y ajuste autoregulado por la competencia. Pero la ética social es eliminada por la intervención de un Estado y nace la servidumbre de la libertad al Estado. Para comprender esta teoría nos mandan a leer a Fredrich von Hayek. ¿Y en Puno, algún partido o movimiento político debate sus doctrinas políticas e ideológicas?
Pero continuemos. Hay opciones que señalan la ineficacia del Estado que está en función directa al sistema político, es decir, me refiero al Estado social y viceversa. La elección pública del bienestar económico personal, mediante el cálculo del costo-beneficio genera en la sociedad de grupos sociales de beneficiados y grupos sociales perdedores en la competencia. ¿Y qué pasa en cuando se está en escasez? Se reduce el Estado al arbitrio legal y eso sencillamente es una falacia o formas de ocultamiento de ciertos poderes privados. Hay otra tendencia más para variar las reflexiones políticas: el pensamiento post moderno que señala que hay que criticar la práctica de las racionalidades como expresión del progreso en relación con la economía, la política y la cultura. Y para esto basta leer a Alain Touraine o Viviane Forrester.
He recurrido a los argumentos de autoridad como se llama en la retórica a estas formas de argumentar para reflexionar algo final. ¿Qué discuten las “tiendas” políticas, más posicionadas en propaganda y las encuestas, es decir, PICO, CONFIA, DEMOCRACIA DIRECTA, PDR? en las actuales coyunturas políticas? ¿O más propiamente: que piensa Juan Luque, Lucio Avila, Walter Aduviri o Alberto Quintanilla sobre el desarrollo humano de la región Puno? ¿En qué línea política se ubican? Tal vez el mismo fanatismo de siempre, la demagogia fundamentalista que tanto daño ha hecho a la región Puno. Esperemos un debate de estos políticos y no nos quedemos con la expresión común del “mal menor” de siempre.
_________________________________________________________
No hay comentarios.:
Publicar un comentario