Disfrutando del Andean Explorer
UN VIAJE POR LOS ANDES A BORDO DE UN TREN DE LUJO
Una travesía de diez horas recorriendo los hermosos paisajes entre Cusco y Puno.
Andean Explorer es considerado uno de los trenes más lujosos de Sudamérica.
RALPH ZAPATA RUIZ en EL COMERCIO 17MAR13
Cusco. Apenas abordamos el tren, la tripulación nos recibe con una sonrisa amplia y un "bienvenidos señores". Nos conduce a unos sillones cómodos en los que es fácil caer rendido. El vagón es amplio y con grandes ventanales que permiten observar el deslumbrante paisaje de los Andes.
El Andean Explorer, elegido el 2012 como el tren más lujoso de Sudamérica en el concurso World Travel Awards, promete en este viaje [que cuesta 378 dólares ida y vuelta] reproducir la travesía de Manco Cápac y Mama Ocllo, enviados por el dios Inti para fundar el Imperio Incaico.
Según cuenta la leyenda, emergieron del lago Titicaca, en Puno, adiestraron a los lugareños en labores agrícolas y ganaderas, y luego caminaron hasta hundir en las fértiles tierras cusqueñas una vara de oro y fundaron el Ombligo del Mundo.
FIESTA EN EL TREN. El Grupo Sayari pone la cuota de color y diversión a bordo del Andean Explorer. Los muchachos puneños invitgan a los turistas a bailar las danzas típicas de los Andes |
Nosotros vamos al revés. Partimos de la estación de Wanchaq, en el Cusco, y la meta es llegar al lago Titicaca, en Puno. Nos esperan 10 horas de viaje, junto a unos 30 turistas extranjeros. Carolyne Berghoefer, una estadounidense de Iowa, confiesa que se embarcó en esta aventura con otros quince compatriotas, para relajarse y librarse de su rutina.
Pagaron 5 mil dólares por un tour de 12 días en el Perú, que incluía Lima, la ciudad del Cusco, el Valle Sagrado, Machu Picchu y Puno en tren de lujo. No hay que preguntarles mucho por nuestro país para que suelten una suma de calificativos: es lindo, increíble, Machu Picchu es una joya arquitectónica, la comida es deliciosa y la gente es cálida y amable.
PASEO ENTRE MONTAÑAS
El viaje es lento y placentero. El tren bordea el río Vilcanota, que en esta época del año aparece cargado, y la vista panorámica del valle resulta una bendición: chacras de maíz y flores amarillas, rodeadas por cerros marrones. De rato en rato aparecen unas casitas de barro y tejas, que a lo lejos parecen de juguete.
Alas 12:40p.m. llegamos a La Raya, el límite entre el Cusco y Puno, y el tren se detiene. En el lugar hay una iglesia colonial de paredes despintadas y un mercado ambulante de artesanos, donde se ofrecen chompas, chullos y guantes de alpaca.
SOBRE RIELES. El Andean Explorer ofrece un viaje de ensueño con todas las comodidades a brodo. |
A las 3p.m., el grupo Sayari, formado por cuatro muchachos puneños, arman la juerga en el tercer vagón del tren. Tocan morenadas, diabladas y otras danzas de su región. Los asistentes aplauden, mueven los hombros, sueltan los pies, y algunos se animan a bailar. Más tarde, el jefe del servicio abordo enseña a los pasajeros a preparar pisco sour.
Después de atravesar Ayaviri, Pucará y Juliaca, por fin divisamos, a lo lejos —como un fondo cristalino— el lago Titicaca, de donde emergieron Manco Cápac y Mama Ocllo. El cielo es azulino y las nubes forman figuras extrañas en el cielo. El jefe de servicio abordo dice, por el altavoz, que estamos bordeando el Titicaca y al fondo se ve la isla de los uros y unos minutos después aparece un juego de luces que es Puno. Al bajar, todos coincidimos en que este viaje no tiene precio.
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